Frikis se casan en Maconald's

A pesar de la incredulidad inicial de los invitados, la boda de Carlos Muñoz y Marisela Matienzo, el primer enlace nupcial en Latinoamérica en realizarse en un McDonald's, resultó todo un éxito.

Más que recién casados, Carlos y Marisela parecían un par de niños disfrutando su piñata.

"Desde que les mandé la invitación, mis amigos no creían que la boda iba a ser en este lugar, se lo tomaban un poquito a broma", dijo Carlos.

A la entrada del establecimiento, en Avenida Gómez Morín, en San Pedro, una manta blanca, a juego con las cajitas felices de los novios, celebraba el enlace.

"La verdad no pensamos que fuera en serio, pero estamos muy felices de que la boda se lleve a cabo donde ellos quisieron", afirmó Marisela Guerra, mamá de la novia.

EL NORTE publicó el jueves los planes de la pareja, que eligió a la cadena de restaurantes para su recepción porque les trae recuerdos de sus viajes al extranjero.

Y si bien anoche la mayoría de los invitados vestía de coctel, no faltó quien aprovechara la ocasión para jugar con el concepto de la inusual boda.

"La fiesta lo merecía, tuvimos que poner el toque de color, de alegría. Ya que Ronald McDonald no venía, alguien tenía que hacerlo", comentó Juan Remoba, quien junto con Javier Villicaña vistieron peluca y nariz de payaso al firmar como testigos del enlace.

El sentimentalismo también estuvo presente en la ceremonia, presidida por Raúl Salazar y Rosalinda González, jueces de la Oficialía No. 6 del Registro Civil.

"Desde niña soñé con compartir la vida a lado de un hombre que me amara, que procurara siempre el matrimonio, y esto y mucho más he recibido a cambio, tu constante apoyo, tu inteligencia", dijo con voz entrecortada Marisela tras dar el sí a su ahora esposo.

Carlos, en cambio, seguro de dar el paso más importante en su vida, le juró amor eterno a su amada, con quien ha compartido ya más de un año de su vida.

Una pantalla a espaldas de los novios, al inicio de la ceremonia, mostró la historia gráfica de su romance, que incluyó un recuento de sus viajes, cortesía de Carlos, quien preparó el guión como regalo para su pareja.

Al finalizar el protocolo, los casi 70 invitados disfrutaron de una cajita feliz –diseñada por el ahora matrimonio– con hamburguesa o nuggets, papas a la francesa y un recuerdo del evento. La noche fue amenizada por un DJ con música lounge.

Ya que el establecimiento estuvo abierto para los clientes ajenos a la boda, hubo comensales que atestiguaron la McBoda.

"¿Es una boda?, ¡se están casando en el McDonald's!, ¡sí, es una boda!", exclamó un joven que acudió por una hamburguesa.

A casi una hora para la medianoche, los novios, familiares y amigos seguían festejando la unión matrimonial.

Carlos y Marisela, quienes se casarán por la Iglesia en Querétaro el 9 de abril, esperan que otras parejas sigan su ejemplo, rompan estereotipos y planeen su boda tal como les guste.